Y te lo dice una persona ex gorda, que acabó ingresada en un hospital con anorexia y poniendo en riesgo su vida y salud por culpa de las famosas dietas milagro de los c****nes.

Mira, te seré muy claro.

Las dietas que te hacen morir de hambre no funcionan a largo plazo y lo de contar calorías es del siglo pasado.

Y lo digo porque hay gente que ha estudiado una carrera de cuatro años para repetir como papagayos que «una caloría es una caloría» y que para adelgazar simplemente hay que comer menos y moverse más.

Se merecen un aplauso.

Quizá tú también tengas dudas de esta vaga verdad y quizá te has cansado de probar que si la puñetera dieta de la alcachofa, que si los malditos batidos de las narices, que si la dieta de los macros, que si las pastillas quemagrasas de Saturno, sin resultados a largo plazo y habiendo sido una víctima más del efecto rebote.

Y es que es normal que uno acabe confundido, desilusionado, incluso hundido.

¿Por qué digo esto?

Porque hay numerosos estudios y estadísticas que demuestran que más del 95% de las dietas hipocalóricas enfocadas en perder peso fracasan a largo plazo. y es que por mucho que comer menos calorías al principio pueda ayudarte, ¿acaso es sostenible?

Cada cuerpo es un mundo, y aunque es un tópico, en el mundo de la nutrición es 100% real.

El contexto hormonal es casi más determinante que el número de calorías y el ejercicio físico que hagas.

En cualquier otro ámbito profesional, una metodología que falle en el 90-95% de los casos sería tachada de fraude absoluto, pero parece que en nutrición es aceptable.

Por eso hay personas que prueban una dieta que les va muy bien en un determinado momento de su vida y cuando repiten en otro contexto ya no consiguen los mismos resultados.

Así que, siendo sincero, si quieres perder peso de verdad y mejorar tu salud, lo primero que tienes que hacer es cambiar tus hábitos, comer comida real y entender qué información recibe tu cuerpo cada vez que comes, porque insisto, eso sí es clave para conseguir perder grasa a largo plazo.

No hay ni un solo gordo metabólicamente sano y esto por mucho que te duela es así.

Estamos todos los días con la polémica de la gordofobia. Ahora parece que decir que la obesidad no es saludable es políticamente incorrecto. Quizás sea porque los que mandan nos prefieren enfermos esclavos y pobres a sanos, libres y ricos.

Siento decirte que estar obeso no es un motivo de orgullo, no es algo para celebrar y los que hacen apología de la obesidad y defienden esa postura acabarán con 40 años tomando 40 tipos de pastillas al día para poder llevar una vida medio normal. Pero bueno. Allá ellos.

Lo que quiero que tengas claro y la idea que quiero que no olvides de estas líneas es…

Perder peso no es una cuestión de fórmulas, de matemáticas, de restar, de sumar.

Perder peso es un proceso vital en el que no solo entran en juego las calorías y la actividad física que hagas, sino multitud de variables que debemos tener en cuenta y que influyen en nuestro metabolismo y en cómo nuestro cuerpo responde a ciertos estímulos.

Por eso en consulta no puedo tratar de la misma forma a una persona que entrena fuerza cinco veces por semana, que corre 10km 3 veces por semana, con buena sensibilidad a la insulina, ectomorfo y con niveles de testosterona en rangos ideales, que a una persona sedentaria que jamás ha hecho deporte y que encima tiene resistencia a la insulina y el cortisol a 30.

Y esto es básicamente a lo que me dedico, a romper paradigmas y transformar vidas.

Es lo que llevo haciendo quince años y por lo que la gente me valora.

Despertar conciencias y poner a disposición de las personas que confían en mí ayuda para cambiar sus hábitos, su estilo de vida, su estado físico y su salud.

PARA SIEMPRE.

Ofreciéndoles la autonomía para que nunca más tengan que hacer ni una dieta más.

La gente no me paga tanto (y ojo, no soy barato) para hacerles una dieta extrema, hipocalórica (e incluso peligrosa) y que les ponga a pesar calorías y hacer cuatro rutinas de ejercicios copiados de internet.

Todos mis clientes (sin excepción) están encantadisimos de pagarme todo lo que les pido por una sencillísima razón.

Les cambio la vida, y encima lo hago en solo 16 semanas.

Si no, no tendría lista de espera de 3 meses para atender nuevos clientes.

Si tuviera que resumir mi propuesta de valor en un eslogan diría que «te ayudo a perder kilos sin dietas milagro, sin efecto rebote, sin contar calorías, sin fármacos y para toda la vida.»

Y precisamente esa es la gran promesa de mi máster en pérdida de grasa.

Pero es que viendo lo que realmente hago, me parece un mensaje simplista que no hace justicia al valor real detrás de cada transformación y de cada proceso.

Pero bueno, el de marketing me ha dicho que lo diga así.

🙂